El uso de la miel es
una de las costumbres más antiguas de la humanidad. Quizás es por ello que a su
alrededor se han construido numerosos mitos, sobre todo sobre sus propiedades
nutritivas. Sin embargo, cada vez son más los especialistas que afirman que
además de brindar una dosis de energía de manera rápida, la miel realmente no
nos ofrece un gran aporte nutritivo, a no ser que la consumamos en grandes
cantidades (pero sen este caso, puede hacernos ganar algunos kilos).
Aún así, vale aclarar que
actualmente existe una gran variedad de tipos de miel. Cada miel es diferente
pero no en lo que respecta a la cantidad de calorías que aporta sino en lo
relacionado con sus nutrientes.
Uno de los mitos más
extendidos sobre la miel es que resulta un excelente sustituto del azúcar y es
por eso que muchas personas la utilizan para endulzar las bebidas o los postres.
Sin embargo, no debes olvidar que el aporte calórico de la miel no es mucho menor
que el del azúcar. Los datos científicos nos afirman que la diferencia entre las
calorías aportadas por una y otra es mínina: una variación de apenas 3 o 7
Kcal. Esto significa que si lo que pretendes es perder peso, la miel no te
ayudará a lograrlo.
Otro mito hace referencia
al hecho de que la miel es más adecuada para las personas que sufren de
diabetes. Vale aclarar que en muchas ocasiones la miel se recomienda a las
personas que tienen diabetes ya que esta no produce el pico de glucemia tan
elevado que produce el azúcar. Sin embargo, aunque este efecto es real, lo
cierto es que la fructuosa contenida en la miel no es particularmente
aconsejable ya que puede aumentar los niveles de colesterol. Por ende, si
tienes diabetes, lo mejor sería abstenerse de consumir miel.
Finalmente, otro de los
mitos más arraigados en la población indican que la miel mejora las funciones
del sistema inmunitario. En este sentido, recientemente la Autoridad Europea de
Seguridad Alimentaria afirmó que hasta el momento no existen evidencias
científicas irrefutables que sustenten esta idea.
No obstante, esto no
significa que no debamos hacer uso de la miel. Esta sustancia es muy
buena para prevenir infecciones en las heridas, para tratar las faringitis,
laringitis, rinitis y la gripe. Además, como es un reconstituyente que nos
brinda energía, también alivia los síntomas de la depresión y elimina la fatiga.
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Mitos sobre el uso de la miel
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Oleh
Yiana Delgado